Sobre mí
Vengo del Reino de los Ángeles, pero al igual que todos nosotros, llegue olvidando mi Origen Estelar.
Viví una vida inmersa en estructuras, exigencias, mandatos y vínculos que contribuían a ese mundo. Hoy, les agradezco profundamente porque me han dado los cimientos para llegar hasta aquí y ser quien soy. Pero la transformación, como toda crisis, fue un camino intenso y difícil de transitar.
Soy Licenciada en Administración de Empresas y viví un buen tiempo dentro de ese mundo, hasta que un día mi cuerpo empezó a llamarme a despertar. Sí, enfermedades. Invadida por el estrés, muchos síntomas físicos y enfermedades; agotada de vivir entre médicos y tomar mil remedios, empecé a sentir que merecía algo mejor. No sabía por dónde empezar, sólo sabía una cosa con mucha certeza y seguridad… QUERIA SER FELIZ. No sabía dónde, ni cómo, pero estaba segura de que lo iba a lograr. SENTIA EN EL FONDO DE MI CORAZÓN QUE SI HABIA VENIDO A ESTA VIDA, ERA PARA DISFRUTARLA.
"Los cuencos tibetanos aceleraron mi transformación y me conectaron con mi alma."
Y así, hace 10 años, comencé un camino de auto-sanación, de reencuentro conmigo misma, de conocerme, de escucharme, de desarmarme y volverme a armar. De aprender a amarme y valorarme, a ser compasiva conmigo, mi historia y mi proceso. Y seguir sanando, una y otra vez… Sí, porque el proceso nunca termina, para eso hemos venido a este plano.
Lentamente con distintas técnicas fui incursionando en el mundo holístico. Guiada por una inmensa necesidad de calmar mi mente, empecé con meditación, mandalas y reiki… y sin darme cuenta, mi vida se empezó a transformar. Pero un día, ya habiendo vivido el proceso más oscuro de mi transformación, me topé con los cuencos tibetanos y a partir de ese momento todo comenzó a acelerarse. La transformación se empezó a materializar y a expandir de una manera increíble. Y fue entonces cuando comprendí desde el centro de mi corazón. Quién soy. A qué vine. Para qué. Y el cómo.
Los cuencos tibetanos simplemente me transportan a lugares inimaginables. La rueda empezó a girar. Y el camino se abrió. Me llevó a toda velocidad. Seguí aprendiendo y desarrollándome. Conocí mi origen estelar (Antares, El Reino Angélico), hice una activación de mi glándula pineal, comencé a canalizar, me metí de lleno en el mundo de los Registros Akáshicos, también aprendí a vincularme con los cristales desde la Gemoterapia, y con el mundo natural desde Aromaterapia, Sanación con Ángeles y sigo formándome de manera continua. Por supuesto que en el proceso, seguí sanando. Y empecé a ayudar a sanar a otros. Y ahí fue donde la magia termino de explotar! Todo tenía sentido, cada paso de mi existencia. MI MISION…
Y simplemente me encontré. Entendí quién soy. Y a qué vine. Me hice una con las ondas sonoras de mis cuencos. Y bailamos… y vibramos alto… Para reconectarnos y sanar… Pero sobre todo para acompañar a otros a transformarse, encontrarse, liberarse, sanar y empezar a SER QUIEN VENIMOS A SER…